vendredi

Haití no existe

Claridad Puerto Rico
En Rojo
Rafah Acevedo/Especial para En Rojo
15 oct. 08



“Ce Dieu qui du soleil alluma le flambeau,
Qui souleve les mers et fait gronder l’orage,
Ce Dieu, n’en dotez pas, cache dans nuage
Contemple ce pays, voit des blancs le forfaits,
Leur culte engage au crime, et le notre aux bienfaits.”
Macanda, Herard-Dumesle 0. ¿A quién agradecemos nuestra hambre saciada? ¿A quién disculpamos por la indigestión?

Herard-Dumesle, el cantor épico de la independencia de Haití, supone que la piedad suprema del Tal Dios, “que por nosotros prendió el sol, que encrespa las aguas y ordena rugir al mar» le permitirá, desde una oculta nube, desembarazarse de la maldad del blanco, de su «pasión por el crimen y de nuestro modo blando». Ese modo blando, esa buena fe, (ay bendito sería una buena traición ¿traducción?) puestas a un lado posibilitaron la independencia de esa nación caribeña.

1. Según la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la situación en Haití es devastadora. A causa de los recientes huracanes que afectaron al país, más de 300,000 personas han perdido sus hogares, han muerto cerca de mil personas y hay miles de heridos. Los hospitales de algunas ciudades están llenos de lodo. Los muertos haitianos no tienen nombre. Los vivos quizás tampoco.

2. El periodista Juan Jesús Aznarez de El País Internacional dijo hace algún tiempo: “La tendencia colonial, el primitivismo político y la climatología arruinan desde hace siglos a la primera república negra de América”. Yo sé lo que es el primitivismo político. Lo tenemos en casa junto al hambre saciada y los gastos superflúos. Pero... ¿qué es “la tendencia colonial?” ¿El clima arruina a la primera república de América? Una tormenta tropical es igual de genocida que una tendencia colonial insaciable, que una pasión por el crimen, que una política exterior homicida. ¿No es este el país invadido y ocupado por varias décadas? ¿No es aquí donde Duvalier, padre e hijo, mantuvieron décadas de brutalidad dictatorial sin levantar una protesta de los adalides de la libertad mundial? ¿Será que en realidad Haití no existe y que la nada es todo?

3. Haití existe en el desastre. Vamos a repetir la palabra. El mundo está fuera de la pantalla flotando en la levedad de los sólido que se desvanece en el aire. Sólo el desastre convierte a Haití en un lugar más real, cuando “sale en el aire” la tragedia. Resulta que debemos creer que la naturaleza es culpable. Que 1,000 personas han muerto por un “desastre natural devastador”. Cuando ya esto no sea noticia otros miles morirán poco a poco de un desastre tendendioso y criminal de un sistema oculto en una nube esplendorosa de salvajismo civilizador.

Vamos a repetir la palabra: Haití. Y la frase: ¿hasta cuándo? El mundo realmente existente, es decir, el entronizado por el capitalismo salvaje naturalizado por los intelectuales mediáticos de turno, decreta que ese país no existe... a menos que dada la precariedad de su infraestructura el viento y el agua borren ciudades enteras; a menos que el devastado sistema de gobierno, cuando sople el viento de alternativas al hambre, se desplome cuando un militar sponsered and trained by suelte sus tiros. Este país no existe... hasta cuando haya cadáveres hinchados en la morgue, barricadas en las calles tratando de contener a los asesinos de turno. ¿Hasta cuándo?

4. Y sobre todo no tener un lugar bajo el sol
Ser como ese perro de Jean de Nivelle
Que va por los caminos de rudas aventuras,
La cola entre las patas, la rabia en las pupilas,
Enseñando el encono agudo en los dientes;
Ser pues menos que un perro en la familia humana,
Y saber todo esto sin poder nada en contra...
Mestizaje, Louis Dupleiss-Louverture

¿Queda algo de la familia humana? ¿Sólo se activa con la noticia terrible? ¿No es terrible, de hecho, la situación de sobrevivir día a día? ¿A quién agradecemos nuestra hambre saciada? ¿A quién disculpamos por la indigestión? ¿A quién no vemos al mirar hacia el lado?

¿Habrá un lugar bajo el sol para mi patria? ¿La solidaridad, quiero decir.... habrá un lugar para ella?

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